THEREMATIC
Primavera Labels, Madrid
Tras los 2 volúmenes de ‘Theremonial’, su serie de discos compuestos e interpretados íntegramente con el theremin, Primavera Labels publicó recientemente ‘Therematic’, una nueva vuelta de tuerca en la que tira ahora de dispositivos MIDI para seguir exprimiendo las posibilidades de su instrumento.
Su nuevo show incluye visuales y un batería en directo.
Disponibilidad: permanentemente
Érase un músico a un theremin pegado (aunque sin llegar a tocarlo, claro). Javier Díez y la sola compañía de su instrumento son capaces de crear música totalmente bailable, seductora y contemporánea. Gracias a los prodigios de la tecnología, cada nota de Therematic se multiplica en direcciones diferentes generando todo un engranaje automatizado. Es así que una melodía de theremin puede ser a la vez una atmósfera, una línea de bajo o un ritmo. Puede sonar a IDM, a exótica, a kraut, a industrial o a electro. En la música etérea de este instrumento icónico de la protoelectrónica las melodías y ritmos se entrelazan y confunden. Pura hipnosis. Hits para robots que salen a ligar, canciones de una fiesta de androides, melodías para hacer felices a autómatas.
El theremin acaba de cumplir 100 años, de hecho es el instrumento electrónico más antiguo de los que han llegado hasta nuestros días. Con todo un siglo de electrónica, permutaciones y avances a nuestras espaldas, este disco recoge ese legado y planta por fin al theremin en el siglo XXI. Therematic recorre una ruta única e inexplorada: la música etérea de este particular instrumento transformada en una verdadera maquinaria en la que melodías y ritmos se entrelazan hipnóticamente. Si afinamos el oído, se pueden detectar algunos guiños reconocibles. En Madriliandroid o Theramics hay abundantes rastros de techno industrial y electro; en Technicolapse Javier Diez Ena nos invita al baile espasmódico, un explícito recuerdo a la IDM noventera mas fracturada; y en piezas como Tómbolo y Fantasmatique recupera el kraut más maquinal y trotón.
El caso es que es un disco que rompe el cliché del theremin como instrumento amedrentador y lo lanza a la pista de baile. Como prueba, los sonidos exóticos de Exotique Mecanique o las melodías de Cosmoscuro, una nana robótica y sideral que se expande como un agujero negro, la veta emotiva también se explota en Monte Creepy o Califrágil.