Ocho años después de II, muchas cosas han cambiado en la vida. En la nuestra, en la tuya y en la de los propios Gala Drop. Muchas veces, sin que nos hayamos dado cuenta, en parte debido a esos dos años de una semi existencia que aún resuena y al actual proceso de gentrificación depredadora que está cambiando el paisaje y la vida de Lisboa, hogar de la banda desde siempre. Un siempre que llega a casi una década y media, con varias mutaciones por el camino en el que ha habido momentos de pausa, reflexión y nuevas perspectivas de un sonido que también ha sido mutable a su propio ritmo y agencia, conducido desde 2009 por un núcleo duro formado por Afonso Simões y Nélson Gomes. Junto a Rui Dâmaso, que ya era parte del grupo en II, Gala Drop son ahora un trío tras las salidas de Jerry the Cat y Guilherme Canhão.
Enfocando la música de la banda en esta triangulación, Amizade hace honor a su nombre a modo de celebración con vistas panorámicas pero sin dispersarse en la cartografía que la banda ha explorado desde siempre, con un entendimiento y juego de cintura único y ya patentado. El carácter hipnótico y la expansividad del krautrock, el espacio extraviado del dub, el latido del house, los sueños baleáricos, las polirritmias de varias latitudes y la sintonía comunitaria de encuentros y epifanías reales y que aún es posible encontrar en su ciudad. Todo este amplio campo de conocimiento vuelve a aparecer aquí, siempre permeable a nuevas inspiraciones y giros, pero de una forma aún más sucinta y canalizada en una música que, hoy por hoy, sólo podemos entender como el sonido Gala Drop.
Con el trabajo del trío potenciando de forma natural en esta dirección, y con motivo de una residencia promovida por gnration en Braga que permitió su grabación, Amizade revela todo el potencial psicodélico de la banda a través de siete temas concisos, de trabajo minucioso pero nunca forzado, hechos a base de cascadas de sintetizadores, líneas de bajo líquidas, mucha percusión en la delgada línea entre lo orgánico y lo electrónico, ecos, guitarras relajantes y bajos con aura radiante. Todo se revela aquí.
Nunca antes habían sido tan descaradamente dubby como en 'Dub da Meia Noite' y 'Areal Dub', ni habían alineado distintos momentos históricos del UK Hardcore (la pianola de euforia rave y el cut up vocal) en un slow burner tan memorable como 'Monte do Ouro'. O, sin contar la colaboración con Ben Chasny en Broda, liberando las guitarras en un torrente de distorsión como en la lanza narcótica de 'Guitarra Voadora'. 'Amizade' insinúa todo esto en forma de escapismo reconfortante. Finalmente, 'Raio' transmuta la meditación rítmica del dubstep original en un crescendo cósmico funk.
Un último abrazo antes de irnos. Porque estamos cada vez más necesitados de conexiones, y a pesar de toda la niebla que se cierne sobre nuestra época, podemos al menos por ahora, celebrar juntos. Amizade está aquí para eso.